Los depósitos de las cooperativas de Castilla-La Mancha, donde se produce la mitad del vino en España, están vacíos: las existencias se han esfumado debido al 'boom' de las ventas de vino a granel a países como China, Italia, Francia y Rusia en los últimos meses. Ese respiro difumina algo una urgencia que en otras partes del país ya es perentoria: la fusión de cooperativas en aras de una mejor estructura económica que las saque de su espiral de pérdidas y asegure mejor la supervivencia de la vitivinicultura en nuestro país.
El Progreso: 70 millones de kilos en La Mancha.
Por ejemplo, un proceso que se ha acelerado en las últimas fechas es el de la fusión de las cooperativas de la Denominación de Origen Bierzo, en León. Según ha informado el 'Diario de León', la Junta de Castilla y León se reunirá en las próximas semanas con las cooperativas del Bierzo y el Consejo Regulador de la DO Bierzo para impulsar el proceso de fusión. El jefe del Servicio de Agricultura de la Junta, Fidentino Reyero, convocará a todas las partes para abordar la unificación de las cooperativas de Camponaraya, Cacabelos, Ponferrada y Villafranca del Bierzo. Sin embargo, sigue en pie la duda de la primera de las cooperativas citadas, que aún no ha respaldado una fusión que las demás apoyan decididamente.
"Más pronto que tarde tendremos ese encuentro al más alto nivel y las cooperativas están a favor de colaborar en esos acuerdos intercooperativos y ya han presentado sus actas de las asambleas en las que respaldan la fusión", aseguró el presidente del Consejo Regulador, Alfonso Arias, quien valoró que con esta medida, el futuro de los vinos del Bierzo "es esperanzador" y "optimista", porque el camino va por hacer unas cooperativas más fuertes que permitan incrementar el nivel de renta de los socios.
El presidente de la cooperativa de Cacabelos, Ángel Gómez Franco, también remarcó que el futuro de los vinos pasa por la fusión de las cooperativas, por lo que insistió en que si algunas de las cuatro entidades vinícolas del Bierzo decidiera bajarse del carro, "el resto debería seguir con el camino de la fusión".
Detrás de estos movimientos se encuentra, aparte de la necesidad de racionalizar gastos y estructuras, una realidad cada día más acuciante: el viñedo español no controlado directamente por bodegas (es decir, propiedad de bodegas privadas) se halla muy amenazado de abandono y desaparición porque la mayoría de los viticultores que se están jubilando lo hacen hoy sin sucesión, ya sean hijos o socios, que se hagan cargo de la viticultura. Y de esos viticultores pequeños depende el suministro de las cooperativas.
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